Viaje a Santander 1 y 2 de Agosto de 2011: Otello en versión concierto

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Bajas de última hora propiciaron que solo 10 viajeros cogiéramos el autobús para ver el Otello con que se inauguraba el 60 Festival Internacional de Santander. Parada en la localidad de «El Peral», cerca de Colombres, y llegada sin problemas a la bella localidad veraniega de Suances sobre la 1 del mediodía. Tras tomar posesión de las habitaciones en el Hotel El Montañés (suficiente y agradable) nos fuimos a visitar la zona de la playa y el puerto a la vez que buscábamos sitio para comer.

Tras disfrutar visualmente de ambos escenarios, la mayoría de los viajeros elegimos para el almuerzo el restaurante La Darsena, donde comimos estupendamente y sin que tuviéramos que dejar allí parte de nuestras pertenencias para hacer frente a la factura. Tras el merecido (o no) descanso y prudente acicalamiento nos subimos sobre las seis y media al autobús que en poco mas de media hora nos dejó en la zona de Puerto Chico, ya en Santander, cerca del notable edificio del Palacio de Festivales.

Un agradable paseo, con algún que otro helado de por medio y también alguna copa, nos ocupó el tiempo hasta las 9 de la noche, hora de comienzo de la función de Otello en versión concierto.

En el Palacio nos encontramos con muchos conocidos: nuestras queridísimas socias Pili Montoto, Tere Arce y Conchita Tuñón, el también socio y empedernido aficionado avilesino Fernando Prada, el matrimonio formado por Ramón Bances y Begoña del Rey, como siempre dando la pauta en cuanto a elegancia y estilo, el Presidente de la Asociación Musical Alfredo Kraus de Bilbao, Chus Casado, y su encantadora esposa Araceli, y… pero mejor lo dejamos porque esto ya se esta pareciendo demasiado a la sección de ecos de sociedad de un periódico y de lo que hay que hablar es de música.

Lleno total en el recinto y buena función operística, con unos notables coros (ABAO) y orquesta (Sinfónica de Bilbao) dirigidos con solvencia por Mario de Rose, que supo concertar con mérito los difíciles pasajes que la obra encierra. Obra que pierde mucho en versión concierto, pues necesita quizás mas que otras de la escena para completar el mensaje dramático que Verdi y Boito crearon, basándose en la inmortal obra de Shakespeare. Bien Bárbara Frittoli como Desdémona, con un cuarto acto maravilloso, y a buen nivel los otros dos protagonistas,  Lado Ataneli -que sustituyó al inicialmente previsto Vladimir Stoyanov- como Yago y José Cura como Otello, aunque al tenor argentino en esta ocasión habría que reprocharle que quizás estuvo demasiado reservón y heterodoxo. Un breve refrigerio tras la ópera en Casa Lita (excelentes pinchos) y vuelta a Suances con el buen sabor de boca que la función nos dejó a todos.

A la mañana siguiente gran desilusión: llovía con ganas y mas parecía que estábamos en otoño que en verano. Menos mal que camino de Comillas dejó de llover y una vez en la hermosa localidad santanderina, el tiempo había mejorado lo suficiente como para permitirnos disfrutar de la visita. El Palacio del Marqués de Comillas, el «Capricho» de  Gaudí y el casco viejo nos hicieron disfrutar de la mañana, sobre todo a los que no conocíamos Comillas más que de pasada. Intento gastronómico fallido en La Rabia y acomodo final en el Restaurante Miramar de San Vicente de la Barquera, establecimiento bien conocido por nosotros, no en vano celebramos allí durante unos cuantos años el encuentro de confraternización con nuestros colegas de Bilbao.

Tras la excelente comida vuelta al autobús y tranquilo viaje hasta Oviedo. Ahora a esperar por el Rigoletto de La Coruña.