Del interés que suscitó este viaje organizado con el principal propósito de acompañar a la soprano asturiana Beatriz Díaz en su debut en el Teatro La Fenice de Venecia, son buena muestra las noticias aparecidas en La Nueva España y La Voz de Asturias, dando cuenta del viaje de casi medio centenar de aficionados asturianos a la original ciudad italiana. El viaje no defraudó las expectativas puestas en el, como veremos a continuación.
La llegada a Venecia fue espectacular. Aunque de noche, pasar del avión a unas lanchas y cruzar la bahía hasta las puertas del mismo hotel llenos de maletas impresionó a casi todos los viajeros. El Hotel, el Palazzo Selvadego, un cuatro estrellas situado prácticamente en una esquina de la Plaza de San Marcos, es un antiguo palacio veneciano como los que salen en las películas, que consta de dos edificios separados un centenar de metros. Nuestras habitaciones nos tocaron en el que no disponía de recepción ni servicios de restaurante, por lo que para desayunar debíamos dar un pequeño paseo.
Un pequeño grupo de viajeros, luego de tomar posesión de las habitaciones nos fuimos de «descubierta» hasta el Teatro de La Fenice, cenando en un restaurante cercano que nos recomendaron. Lolo se encontró delante del teatro con Celso Albelo y este tuvo el detalle de acercarse a saludarnos. Una copa en un bar cercano al hotel cerró la jornada.
Al día siguiente empezamos la mañanacon una agradable sorpresa: teníamos reservado para el grupo un salón exclusivo para el desayuno, con carteles indicadores en el Hall. Desayuno, pues, de lujo en el continente y también en el contenido. A continuación teníamos programada una visita al centro de Venecia, que incluía el palacio ducal y la iglesia de San Marcos. Interesante. Por la tarde el “Elixir” en el que participaba como protagonista nuestra paisana Beatriz Díaz. Remito a los lectores al artículo aparecido en La Nueva España sobre la función. Después de la misma cena con Beatriz, su marido y su representante en un restaurante que nos habían gestionado Maribel Zarzuela (asturiana residente en Venecia) y su marido, a los que habíamos invitado a la ópera. Cena muy agradable al final de la cual Beatriz luego de darnos cariñosamente las gracias nos deleitó con el vals de Musseta. Unas fotos delante del teatro cerraron la jornada.
La mañana apareció radiante, lo que nos vino muy bien para la excursión que teníamos programada por la laguna de Venecia, visitando las islas de Murano, Torcello y Burano. Cada una con su encanto, la gira fue del agrado de todos y algunos lamentamos no haber programado comer en Burano. Por la tarde unos cuantos volvimos a La Fenice para ver otra vez el “Elisir” con el otro reparto, protagonizado en este caso por Celso Albelo. Para saber de la función nuevamente me remito al artículo aparecido en La Nueva España. Después de la ópera cena con Celso Albelo y su mujer, la soprano Virginia Wagner, a la que también asistieron Beatriz Díaz y su marido. Otra velada agradable que terminó con nuevas fotos delante del teatro.
Al día siguiente parte del grupo se volvió para Asturias y los que continuábamos viaje nos fuimos en tren para Florencia, a donde llegamos poco antes de las dos de la tarde, alojándonos en el Hotel Roma, cercano a la estación. Esa misma tarde asistimos en el Teatro Comunale, sede del famoso Maggio Musicale Fiorentino, a unas espléndidas “Bodas de Figaro”, en donde nos encontramos con la sorpresa de que la Susana la hacía una jovencísima soprano española, Auxiliadora Toledano, que nos dejó gratamente impresionados.
El sábado por la mañana lo dedicamos a conocer el Teatro por dentro, por cortesía de nuestro “hombre” en Florencia, Giovanni Vitali, director de Relaciones Institucionales del “Maggio”. Entre otras cosas nos contó que se estaba haciendo un teatro nuevo y que el actual se «jubilaría». La visita fue muy interesante, asistiendo incluso a un ensayo del ballet del teatro. Aprovechamos para decirle a Giovanni, con quién teníamos programada una cena esa misma noche, que le hiciera llegar a la Toledano nuestro deseo de invitarla. Por la tarde asistimos nuevamente en el teatro a un programa que incluía el Stabat Mater de Rossini y la cantata Giovana d´Arco del mismo autor. En la primera cantaba una antigua conocida nuestra, Alessandra Marianelli, a la que saludamos al final. La cena estuvo muy bien, y en ella estuvimos acompañados por unos amigos de Giovanni y por su madre Valeria. En el teatro, al final del concierto, se nos unió Auxiliadora Toledano, que fue un encanto de mujer. Durante la cena nos contó parte de su vida y milagros y quedamos con ella para vernos en Oviedo en diciembre, aprovechando su participación en el “Elisir” de la temporada del Campoamor.
El domingo por la mañana lo dedicamos a conocer lo mas interesante de Florencia en una excursión programada, que incluía fundamentalmente el centro histórico y los Museos, además de la Catedral. Por la tarde los aficionados a la F1 nos reunimos en el salón del Hotel para ver a Fernando Alonso, tras lo cual a algunos todavía nos dio tiempo para conocer una tasca típica y asistir a un concierto de órgano en una iglesia del centro.
El viaje de regreso transcurrió sin incidentes dignos de mención, aunque fue un poco pesado: tren hasta Roma, autobús hasta el aeropuerto, vuelo Roma-Madrid, escala en Barajas y finalmente Madrid-Asturias. Pero, en conjunto, un magnífico viaje, tanto en lo musical como en lo turístico.